Es comprensible pensar que el coaching y el mentoring son similares o incluso la misma cosa. Pero no lo son. Ambas requieren distinta consideración en el lugar de trabajo. La elección que una empresa haga, de uno u otro método, impactará en el resultado que pretenda conseguir la organización y en los objetivos fijados en su estrategia. Por ello, es fundamental conocer en qué se focaliza cada una y cual es la mejor práctica para la compañía.

En términos generales, si coach, que da lugar al concepto coaching, significa entrenador, por mentor, del que se deduce mentoring, significa guía. Y aquí radica ya la principal diferencia. Mientras coaching consiste en acompañar, instruir y entrenar a una persona o a un grupo de ellas, con el objetivo de ayudarles a conseguir cumplir metas profesionales o desarrollar ciertas habilidades específicas, por mentoring entendemos que una persona, con amplia experiencia y conocimiento en el área en la que se quiere mejorar será la que ayude a un empleado en su desarrollo profesional o a una empresa en cumplir sus objetivos de futuro.

Debido a las circunstancias actuales, donde todo cambia constantemente y el mundo evoluciona a un ritmo cada vez más alto, recurrir a técnicas de este tipo en ocasiones es inevitable, pues existe una necesidad de modificar nuestra actitud y también, nuestra manera de ver las cosas. En este sentido, es muy importante para las organizaciones saber gestionar correctamente todos esos cambios, tanto personal como profesionalmente y además, con qué actitud y con qué herramientas cuentan para su adaptación y supervivencia.

Aquellos líderes que son capaces de contagiar su sueño, conservar alta la motivación, mantener encendida la imagen de la situación deseada y que han sabido gestionar las emociones positivas, el entusiasmo, la confianza… suelen gestionar con éxito estos procesos. Y es aquí donde entran en juego tanto el coaching como el mentoring. Pero, ¿sabemos realmente que diferencia una técnica de la otra?.
 

entrena equipos para el liderazgo

 

Coaching y Mentoring: ¿Cuáles son las diferencias?.

 

ENFOQUE

El coaching centra su atención en la consecución de resultados para el desarrollo de actividades concretas y en el rendimiento de las personas respecto a una tarea en particular y un puesto de trabajo determinado. El mentoring, en cambio, sobrepasa lo concreto y va más allá, aparece como una práctica de aprendizaje y desarrollo de las personas en las organizaciones y sirve, no sólo para el momento presente, sino también para el futuro, cualquiera que sea la empresa en la que desarrolle sus capacidades.

OBJETIVOS

Los objetivos de un coach ponen el foco en las tareas mientras que los objetivos del mentor se basan en la relación personal, laboral y experiencias de vida entre él y el “alumno”.

DURACIÓN

La duración del coaching implica relación en el corto plazo entre el “entrenador” y el “alumno” por lo que la mayoría de las veces, con pocas sesiones se consiguen los resultados esperados y finaliza el entrenamiento. En cambio en el mentoring, la duración se alarga en el tiempo, para que se genere la relación adecuada y el individuo comparta con su mentor sus preocupaciones y dudas.

METODOLOGÍA DE ENTRENAMIENTO

Así como en el caso del coaching, el coach no comparte su punto de vista, sino que sirve de espejo para el directivo, en el mentoring, el mentor sí que comparte opiniones, experiencias y valoraciones con la persona que esté en la formación. Además, mientras en el coaching se aprende de la propia experiencia, en el mentoring se aprende tanto de la experiencia del alumno como de la de su mentor.

EXPERIENCIA PROFESIONAL

En relación con la formación para el puesto, para el coach es importante conocer las técnicas de coaching y para ello existen cursos, estudios de máster y etc… en cambio, el mentor suele ser un experto profesional cualificado con larga trayectoria en puestos directivos y un conocimiento profundo acerca del desarrollo de las personas.

DIRECTRICES DIFERENTES ENTRE LAS DOS TÉCNICAS

En el caso del coaching, las reglas que se siguen las dicta, fundamentalmente, la persona sobre las que se basa esta práctica, es decir, el proceso lo dirige el cliente con la supervisión y el acompañamiento del coach. Sin embargo en el mentoring, las normas, pautas y conductas las propone el mentor siempre, claro está, según las necesidades del cliente.

ROL DEL COACH Y DEL MENTOR

Cada una de estas herramientas tiene su cometido. En este sentido, la función que desarrolla el coach es más bien táctica y en el mentoring, el mentor se centra más e profundidad en temas relacionados con la estrategia.

RELACIÓN MAESTRO Y APRENDIZ

El coach y su alumno están en la misma situación profesional, su objetivo trata de desarrollar habilidades en particular tan indispensables como la comunicación, la gestión de personas o la relación con los compañeros, entre otros. Mientras que en el mentoring, el profesional se encargará de establecer vínculos más allá de lo laboral, llegando al punto de establecer vínculos emocionales con el alumno.

DINÁMICA DE TRABAJO

La dinámica de trabajo en el coaching se basa en que el coach pregunta y el alumno responde. No sucede de la misma manera en el mentoring ya que ambos, mentor y cliente se hacen preguntas para que fluya la trasmisión de conocimientos y experiencias.

 

Un mentor o un coach ¿cuál debo elegir?

 

La elección de una u otra práctica dependerá de los objetivos estratégicos de la empresa y de cómo y en cuánto tiempo éstos se pretendan alcanzar.

El coaching empresarial es muy recomendable si pretendemos trabajar en relación a un objetivo concreto. Esta herramienta se trabaja para la mejora continua de las personas hacia la excelencia y tiene como principal finalidad el desarrollo de nuevas y mejores competencias si nos centramos, sobretodo, en las habilidades y conductas del empleado.

A nivel ejecutivo, este tipo de entrenamiento està indicado para reforzar o mejorar habilidades de liderazgo, no sólo para mejorar el rendimiento de los trabajadores de la empresa sino también interviene en procesos de resolución de conflictos, de fusión, trata de mejorar la cohesión y el clima laboral… y todo ello teniendo en cuenta, en todo momento, la mejora global del desempeño dentro de la organización.

Además, contribuye a la mejora de la relación que se establece entre el directivo/a con todo su equipo, tanto con los superiores jerárquicos, mandos intermedios y, en general, con toda la empresa. Aumento el autoconocimiento y, de esa manera se ayuda a potenciar talentos y a retenerlos. Entrena para saber cómo fijar estrategias y más fáciles, eficientes y mejores objetivos, así como a gestionar el tiempo. Por último, ayuda a generar y mantener compromiso, responsabilidad e iniciativa.

Por todas estas razones, el coaching se ha convertido en una herramienta clave en las actuales organizaciones, de hecho, Javier Martin, Regional Human Resourses en Google, afirma que en Google contratan solo a personas innovadoras pues “la innovación es lo que genera negocio”, y consideran que “el coaching tiene un peso fundamental” en la compañía, pues su objetivo es “disparar a la luna”, es decir, llegar al éxito a través de una metodología efectiva. De ahí, que recurran a este tipo de programas formativos para entrenar a su equipo.

El mentoring, de otro lado, también suele ser muy efectivo, sobre todo cuando nos encontramos en una situación en la que hay varios frentes que trabajar. Como ya hemos indicado, trata de desarrollar tanto profesional como personalmente al empleado, contribuye a la satisfacción del trabajador para el mejor desarrollo de sus actividades pero no se centra en el aquí y el ahora sino más bien persiste en el cambio como proceso de transformación lenta, en la mejora continua en todos y cada uno de los ámbitos de nuestra vida, tanto en el presente como en el futuro.

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