La gestión de las personas es la clave del éxito dentro de una organización. Existen muchas causas que llevan a la falta de motivación laboral y las consecuencias pueden afectar no solamente al clima laboral sino también al rendimiento, la productividad y la calidad del trabajo.
La obtención de los máximos beneficios económicos se encuentra, en muchas ocasiones, en la motivación del personal. En una empresa con trabajadores sin motivación el 20% de la jornada laboral significa una pérdida de tiempo y de recursos y materiales, el 55% del tiempo es improductivo.
Pero, ¿y si en nuestra empresa sucede todo lo contrario? ¿Qué ocurre cuándo el empleado está poco abierto al cambio? ¿a qué se deben los retrasos y las ausencias? ¿Porqué hay personas que a penas empiezan la jornada ya quieren que finalice?.
Se estima que 6 de cada 10 empleados visitan sitios web no relacionados con su trabajo cada día, de hecho, las búsquedas más frecuentes suelen estar relacionadas con páginas de redes sociales, entre las cuales las preferidas son Facebook y Linkedin.
¿La falta de motivación es una de las causas que lleva a la pérdida de tiempo en el trabajo?
Si la desmotivación o la falta de interés en el desarrollo de las actividades que acarrea el puesto aparecen, pueden llevar al trabajador a un estado de apatía que le conduce a no realizar las funciones habituales de la mejor manera. Cuando un empleado empieza a desmotivarse, pierde el entusiasmo y la ilusión y su trabajo se ve reducido.
Un estudio reciente muestra que el factor económico no es el más importante para que un equipo deje de ser productivo. De hecho, la falta de exigencia, horarios e incentivos, son de los que más importancia tienen. Teniendo en cuenta las respuestas del estudio, el 33% de los trabajadores se sienten estancados, el 30% asume que les gustaría tener mejores incentivos laborales, un 22% dice tener una jornada demasiado larga y solamente el 15% de los encuestados afirman que su apatía viene dada por un factor económico.
Principales causas de la falta de motivación laboral
Cuando hablamos de motivación nos referimos a todos aquellos intereses que una persona considera o desea consistentemente. Cuando estos objetivos empiezan a disiparse o se observan como imposibles o alejados de nuestra realidad, aparece la frustración y las pocas ganas para ejercer nuestras tareas. Alguna causas que explican estas situaciones pueden estar relacionadas con:
LAS POSIBILIDADES DE MEJORA O EL ESTANCAMIENTO
A menudo nos encontramos con trabajadores que llevan años llevando a cabo las misma actividades, en el mismo puesto de trabajo, sin nada nuevo que llevar a cabo y sin expectativas de progreso. La monotonía hace que el empleado se vea estancado y coarta la creatividad y las expectativas.
MALA COMUNICACIÓN VERTICAL Y HORIZONTAL EN LA EMPRESA
Sucede que a veces los empleados no se sienten cómodos aportando su opinión y ese silencio, esa falta de comunicación, esa necesidad de compartir conocimientos se ve reducida a la mínima expresión, creando espacios de inseguridad y empeorando la situación en la organización. Además puede dar lugar, incluso, a miedo a la hora de sugerir cualquier cosa, hecho que agrava la incómoda situación de un trabajador en su puesto de trabajo.
CLIMA LABORAL POCO FAVORABLE
El ambiente en el trabajo no solamente lo conforman los empleados sino que el entorno físico cobra especial relevancia. Las emociones se contagian y por eso es fundamental crear espacios positivos donde las personas desarrollen sus tareas cómodamente, generando mejores resultados. Existen muchas maneras de mejorar el clima laboral en la empresa, y de hecho, la mayoría son sencillas y tienen un bajo coste.
SALARIO BAJO
Aunque es cierto que cada vez más nos fijamos en factores distintos al sueldo, para permanecer en una empresa, lo cierto es que la retribución económica sigue siendo fuente de motivación laboral. Cuando se es nuevo en un lugar de trabajo, es posible que aceptemos más por un sueldo no demasiado elevado, pero a medida que va pasando el tiempo al empleado le empieza a resultar injusto tener que dar tanto por tan poco y descuida o no muestra el mismo nivel de responsabilidad por el trabajo.
NO HAY PLAN DE DESARROLLO
Una de las fuentes básicas de la identificación de carencias individuales en cada uno de los trabajadores que integran el equipo de una organización, es el sistema de desarrollo profesional. La escasa formación en los trabajadores, tanto en relación con los puestos de trabajo, como en las tareas que debe ejecutar en el mismo, lleva al trabajador a no saber cómo hacer bien aquello que se le pide y puede dar lugar a desencanto y desmotivación.
¿Cuáles son las consecuencias de la desmotivación y cómo afectan a tu empresa?
Cuando todo lo anterior ocurre, las empresas deben ser capaces de reaccionar a tiempo para convertir la situación en reversible, de lo contrario, pueden verse afectados por:
Un alto nivel de absentismo:
En toda organización, cuando se palpa en el ambiente la desmotivación laboral, empiezan a aparecer problemas de salud que, relacionados con el estrés, pueden dar lugar a absentismo y bajas laborales.
Baja productividad en la empresa:
Puestos de trabajo mal diseñados, poca planificación, falta de información, desconfianza hacia el empleado, promesas incumplidas, desigualdad entre compañeros, jefes incompetentes, exceso de presión y la falta de oportunidades suponen que el empleado, aunque pase horas en el puesto de trabajo, no desarrolle sus actividades ni de manera responsable ni de forma productiva. El desasosiego puede llevar a malos resultados en los objetivos planteados por la dirección estratégica.
Alta rotación de personal:
Cuando una persona no está a gusto en su trabajo y no se siente valorado y reconocido, lo más normal es que intente buscar otro empleo en que estos deseos se vean cumplidos.
Desgaste en la imagen y en la reputación:
Lo peor que le puede pasar a una organización es que sus empleados y ex-empleados la valoren de forma negativa. El boca a boca y las redes sociales pueden suponer un obstáculo a la promoción, captación y retención del talento.
En el siguiente vídeo Víctor Küppers nos habla de la importancia de la actitud para llegar a los logros.
Motivar y formar, una inversión para la empresa
Si los trabajadores son, actualmente, el valor más preciado en una empresa, adquirir y ampliar conocimientos y nuevas técnicas permitirá abordar con mayores posibilidades de éxito cualquier situación problemática o novedosa que se plantee.
En este sentido, se entiende que la formación se convierte en un factor fundamental que influye en la motivación de los empleados y es por ello que las empresas en la actualidad tratan de fidelizar y aumentar rendimiento a través de recompensas tales como la formación continua, la adquisición de aptitudes o habilidades y el aumento de oportunidades para continuar desarrollándose profesionalmente.
Es importante, entonces, tener una política de formación bien definida que pueda provocar en los empleados, tanto mejoras en sus conocimientos como aumento de sus habilidades y cambios en sus comportamientos.
De una adecuada política de formación se deducen una serie de reacciones positivas que impactan sobre tres componentes claves en la organización:
Sobre la producción:
Facilita la polivalencia, garantizando flexibilidad y movilidad laboral. Además, mejora el rendimiento en general, lo que supone un aumento de la productividad y de la calidad del trabajo.
Sobre el personal:
Mejora el clima organizativo, ayuda en la integración de los trabajadores en la empresa, reduce el índice de absentismo e incrementa la motivación y la satisfacción laboral.
Sobre la actividad directiva:
Facilita la delegación y permite la captación y retención del talento.